RASPUTIN
Grigori Rasputín fue un personaje muy extraño y polémico en la historia de Rusia. Nació en 1869 en un pueblo muy pobre de Siberia. Desde joven decía tener poderes especiales, como curar enfermedades y ver el futuro, lo que hizo que la gente empezara a creer que era un místico o un santo.
Rasputín no era ni sacerdote ni médico, pero tenía un gran carisma y convencía fácilmente a las personas. Un día llegó a la corte del zar Nicolás II y su esposa Alejandra, justo cuando su hijo estaba enfermo de hemofilia, una enfermedad grave.
Alejandra pensó que Rasputín tenía el poder de curar al niño, ya que después de que él lo tratara, el niño mejoró. Desde entonces, Rasputín tuvo mucha influencia en la familia real. Esto causó muchos rumores y escándalos en la sociedad rusa, porque decían que controlaba las decisiones del gobierno.
Además, llevaba una vida muy rara: decían que era muy religioso, pero también que tenía comportamientos extraños y se aprovechaba de su poder. Muchas personas lo odiaban y creían que estaba dañando la imagen del zar.
Finalmente, un grupo de nobles rusos lo asesinó en 1916. Lo envenenaron, le dispararon y hasta lo tiraron al río, porque parecía imposible matarlo. Su muerte fue tan misteriosa como su vida.
Rasputín se convirtió en una leyenda en Rusia. Para algunos fue un curandero con poderes; para otros, un manipulador que ayudó a hundir a la monarquía justo antes de la Revolución Rusa.