"El fascismo es el poder del capital aliado con la violencia." — Bertolt Brecht

 Esta famosa frase de Brecht resume de una forma muy simple lo que fue el fascismo en los países europeos, en especial en Italia bajo el mandato de Benito Mussolini. El fascismo no fue solo una ideología política autoritaria y nacionalista, sino que fue también un modo de control social y político para grandes intereses económicos.

En Italia, el fascismo nació en un contexto de crisis económica y de desempleo que hubo después de la Primera Guerra Mundial y de la amenaza de los comunista. Mussolini supo sacar partido al miedo que se había implantado en los ánimos y prometió orden, unidad nacional y grandeza. Pero lo que se impuso fue un régimen de control que eliminó libertades: prohibió los partidos políticos, persiguió a los opositores utilizando el terror y controló todos los espacios de la vida pública.

El fascismo italiano también dio muy pronto importancia a la violencia organizada a través de los camisas negras, milicias armadas que se encargaban de intimidar, golpear, u ocasionalmente, eliminar a quienes se oponían al régimen. También defendió una visión extrema del nacionalismo y del papel del Estado, donde el individuo no tiene valor si no sirve al poder.

La afirmación de Brecht nos enseña que el fascismo no fue solamente una dictadura política, sino también una combinación entre el poder económico, la represión y el uso de la violencia para llegar al control, el silencio y la eliminación de desacuerdos.

Reflexionar sobre esto nos explica el porqué de las consecuencias tan graves del fascismo en Italia y en Europa, el cual, destruyó la democracia, organizó guerras y legitimó el odio y la represión como manera de llevar el orden o la nación.





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Todo en el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado.