"¿Es el fascismo una anomalía histórica o una expresión recurrente de la modernidad?"
Desde mi punto de vista, el fascismo no fue solo un error del pasado, sino una posibilidad que sigue existiendo dentro del mundo moderno. Vivimos en una época que valora el progreso, la tecnología y la libertad, pero eso también puede generar inseguridad, soledad y miedo al cambio.
Cuando la gente siente que todo se desordena, que nadie los escucha o que han perdido su lugar en el mundo, el fascismo aparece como una solución rápida: promete unidad, identidad, fuerza y enemigos claros. No nace de la nada, sino del dolor social, de gobiernos que no funcionan bien y de personas que se sienten perdidas o traicionadas.
Por eso, creo que el fascismo puede volver a aparecer si no atendemos esas heridas. No basta con rechazar sus símbolos o sus líderes; hay que entender por qué todavía hay personas que desean ese tipo de poder. Lo más peligroso no es solo un régimen fascista, sino que exista gente dispuesta a apoyarlo cuando se sienten sin opciones.