"La libertad es tan preciosa que debe ser racionada." – Lenin
Esta frase fue formulada por Lenin, la cual podría llegar a parecer contradictoria. Refleja una tensión fundamental del nuevo Estado soviético: la contradicción entre libertad y control. Para Lenin, en un momento donde se avanzaba hacia una revolución y donde se libraba una guerra civil, el Estado deberá atar las libertades para poder proteger la revolución. Así, el Partido Comunista se establece como el único intérprete de una “voluntad popular”, legitimando así la censura, la represión y el exterminio de la oposición.
Sin embargo, esta lógica dio paso a un régimen que más que emancipar, sustituyó la libertad con la vigilancia y la participación con la obediencia. La frase de Lenin se convierte así en una advertencia de lo que puede ser el poder revolucionario, cuando carece de límites y de crítica, que termina por traicionar a sí mismo.