La mejor manera de olvidar a alguien o algo es transformarlo en un monumento

Decir que la mejor manera de olvidar algo o a alguien es convertirlo en un monumento puede parecer raro, porque los monumentos existen para recordar. Sin embargo, si lo pensamos bien, puede tener sentido. Cuando algo nos duele o nos afecta mucho, lo llevamos siempre en la mente, como un peso que no nos deja avanzar. Pero si le damos un lugar fijo, como si fuera un monumento, dejamos de cargarlo todo el tiempo. En lugar de que el recuerdo nos persiga, lo ponemos en un sitio donde podamos verlo cuando queramos, sin que nos haga daño. En la vida, muchas personas usan simbolos o rituales para dejar atras el pasado. Escribir una carta y quemarla, guardar un objeto en un lugar especial o hacer algo que marque un final puede ayudar a soltar. Asi­, en vez de tratar de olvidar a la fuerza, le damos un espacio al recuerdo sin que controle nuestra vida. No se trata de borrar lo que pasa, sino de hacer las paces con ello. Si convertimos ese recuerdo en un monumento, podemos seguir adelante sin miedo, porque ya no nos pesa ni nos duele. Es una manera de decir: Esto fue importante, pero ahora sigo mi camino.



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Todo en el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado.