“La Historia la escriben los vencedores.”
La frase "La Historia la escriben los vencedores" refleja la idea de que quienes ganan un conflicto o una guerra son los que explican su versión de los hechos, moldeando la narrativa histórica según sus intereses. George Orwell vivió la Guerra Civil española como corresponsal y observó cómo distintas facciones manipulaban los acontecimientos y los hechos para justificar sus actos y desacreditar al enemigo. Esto le hizo reflexionar sobre cómo la Historia no siempre es objetiva, sino que a menudo está influenciada por el poder de los vencedores y de la narrativa.
Un caso evidente es la colonización de América. Durante siglos, los conquistadores europeos narraron la conquista como una "civilización" de los pueblos indígenas, ocultando o quitando importancia a los actos de violencia, genocidio y explotación que hubo. Solo en tiempos recientes se ha empezado a recuperar la perspectiva de los pueblos originarios, mostrando una versión más completa y equilibrada de los hechos.
Otro ejemplo es la Segunda Guerra Mundial. Aunque los aliados lucharon contra el nazismo y el fascismo, sus propios actos cuestionables, como el bombardeo de Hiroshima y Nagasaki, no siempre reciben la misma crítica en la narrativa histórica. Esto demuestra una vez más cómo el poder influye en qué se recuerda y qué se omite en los hechos históricos.