No podemos hacer la Historia, sino sólo esperar a que se desarrolle
La expresión de Otto von Bismarck “No podemos hacer historia, solo esperar a que se desarrolle” ilustra una visión de la historia como un proceso más allá del control y la realización humanas. Bismarck, un diplomático asociado comúnmente con el pragmatismo y la política realista, insinuaba que, aunque los individuos intervinieran en los eventos históricos, la historia en sí misma siguió un curso inevitable que no tuvo intervención completa. Lo que Bismarck quería decir con esta fuente podría interpretarse tanto como una reflexión sobre los poderes limitados del humanismo ante las fuerzas de escala social, política y económica que determinan el destino de las naciones. Puede justificar: si bien las personas pueden influir sobre el cuándo y los detalles, como Bismarck mismo lo hizo en la formación de Alemania. Al mismo tiempo, al final, esos eventos a menudo no están del todo bajo su control. la Historia, por lo tanto, podría verse como algo que “se desarrolla” por sí mismo, impulsado por una gama de factores profundamente interconectados y complejos que no pueden ser previstos en su totalidad. En términos de si estoy de acuerdo, siento que hay una pequeña verdad en esta perspectiva, aunque al mismo tiempo, es algo limitado. La historia está llena de momentos en los que un individuo o grupo específico tuvo un efecto significativo en la forma en que se desarrollarán los acontecimientos, como lo hizo Bismarck con su capacidad políticamente brillante. Por otro lado, la declaración también apunta a la humildad que uno debería tener ante la imprevisibilidad de los procesos históricos a gran escala. Las fuerzas estructurales, las dinámicas socioeconómicas y, a veces, la pura casualidad pueden cambiar cualquier intento.