La muerte que Stalin no quiso que olvidaramos

 Lo de la muerte de León Trotsky me parece una historia muy fuerte. Es de esas cosas que si no sabes mucho de historia te sorprenden un montón. Este hombre fue uno de los líderes más importantes de la Revolución Rusa, súper influyente, con un papel clave en todo lo que pasó en esos años. Pero al final acabó siendo expulsado, perseguido y asesinado. Stalin no lo soportaba. No podía tener a alguien tan inteligente y tan crítico cerca. Así que primero lo echó del partido, luego lo echó del país y aún así no se quedó tranquilo. Trotsky acabó viviendo en México, pensando que allí iba a estar a salvo, pero no. Años después, en 1940, un tipo se ganó su confianza, entró en su casa y lo mató con un piolet. Sí, con eso. Todo súper planificado y hecho solo porque Trotsky no pensaba igual que Stalin.

 Lo que más me impacta no es solo cómo lo mataron, sino todo lo que pasó antes. Trotsky estuvo escribiendo durante años, hablando en contra de Stalin, sabiendo perfectamente que lo estaban vigilando y que en cualquier momento podrían ir a por él. Y aún así siguió. Eso me parece muy valiente. Hay que tener mucha fuerza para seguir diciendo lo que piensas cuando sabes que te puede costar la vida. No digo que Trotsky fuera perfecto, porque seguramente también tuvo sus fallos y decisiones cuestionables, pero nadie se merece un final así solo por pensar diferente. Me hace pensar en lo peligroso que puede ser el poder cuando alguien quiere controlarlo todo y no acepta que otros piensen distinto. Lo que le pasó a Trotsky no fue solo un asesinato, fue una forma de intentar borrar todo lo que representaba. Pero al final no lo lograron del todo, porque hoy en día seguimos hablando de él y aprendiendo sobre su historia. Eso significa que, de alguna manera, su voz no desapareció del todo.

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