El asesinato de Leon Trotsky
León Trotsky, revolucionario ruso y exiliado político, fue asesinado el 21 de agosto de 1940 en Coyoacán, Ciudad de México. Tras ser expulsado de la Unión Soviética por Stalin en 1929, Trotsky encontró refugio en varios países antes de instalarse en México en 1937, gracias a la invitación del presidente Lázaro Cárdenas y el apoyo de artistas como Diego Rivera y Frida Kahlo.
Stalin lo consideraba un enemigo peligroso, por lo que ordenó su asesinato. En mayo de 1940, un grupo de sicarios liderado por el comunista mexicano David Alfaro Siqueiros intentó matarlo, pero fracasó. Finalmente, el agente estalinista Ramón Mercader, un comunista español reclutado por la NKVD (policía secreta soviética), logró acercarse a Trotsky ganándose la confianza de su entorno.
El 20 de agosto de 1940, Mercader visitó a Trotsky en su casa con el pretexto de mostrarle un artículo. Cuando este se inclinó sobre el texto, Mercader lo atacó con un piolet, clavándoselo en el cráneo. Trotsky, gravemente herido, aún tuvo fuerzas para luchar y pedir ayuda. Sus guardaespaldas redujeron a Mercader y lo entregaron a la policía.
Trotsky fue trasladado a un hospital, donde murió al día siguiente debido a la gravedad de la herida. Mercader fue condenado a 20 años de prisión en México y, tras su liberación en 1960, se trasladó a la Unión Soviética, donde fue condecorado por su crimen.